¿Cuáles Fueron los Poetas que Conformaron a la Generación Decapitada?
Medardo Ángel Silva
Nace en Guayaquil un 8 de junio de 1898 sus estudios fueron interrumpidos del colegio Vicente Rocafuerte por problemas económicos, por lo cual entra a trabajar en una imprenta, ya para sus 17 años sus poemas eran reconocidos no solo en los mejores diarios de nacionales, sino también en algunas revistas literarias de gran prestigio.
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Sus poemas eran reconocidos por la melancolía marcada en cada una de sus líneas, en 1918 presenta su único libro de poesías “El árbol del bien y el mal”. Y un año después el poeta, compositor, y músico se suicida en frente de su enamorada por un amor no correspondido, dando final a su vida.
La obra de Silva se contiene en dos
volúmenes: El árbol del bien y del mal, que
él mismo editó en 1917, y Poesías escogidas,
una selección que Gonzalo Zaldumbide publicó
en 1926 en París. Fue también autor de prosas poéticas y de una pequeña novela
titulada María Jesús. Medardo Ángel Silva
fue el menor y acaso el más importante poeta de la generación del novecientos
que introdujo el modernismo en la literatura ecuatoriana.
Poeta del dolor, del "spleen", del
amor imposible, del hastío de vivir, dejó algunas de las más bellas páginas de
la literatura ecuatoriana. Estuvo, como sus compañeros de generación (Arturo Borja, Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño)
bajo la influencia directa de los simbolistas franceses, especialmente de Verlaine y Baudelaire. Padeció el
"mal del tedio", y toda su obra, de gran pureza formal, es un canto
de amor a la muerte.
Era todavía un adolescente cuando escribió algunas de las secciones de El árbol del bien y del mal,
como "Libro de Amor", "Las Voces Inefables",
"Estancias" y "Estampas Románticas". Un gran dominio
estrófico y un muy hábil uso de la metáfora caracterizan las composiciones de El árbol del bien y del mal,
donde con tonos desesperados y melancólicos transmite vivencias ligadas a la
expiación amorosa. Se trata de una poesía musical, heredera del último Rubén Darío, dotada de una
obsesión por lo foráneo en el sentido de verse a sí misma como universal y
cosmopolita, lo que da como resultado unos versos llenos de exotismo.
Poemas:
nace en Guayaquil en el año de 1891 desde pequeño sufrió una grave enfermedad psiquiátrica, neurosis, que mantenía sus nervios fuera de control y debía ser controlada con morfina. Sin embargo sus largos viajes por Europa, le mostraron un nuevo mundo literario, bajo la mirada de Charles Baudelaire Noboa y Caamaño da inicio a su vida literaria.
Ya para 1922 sus libros como “Romanza de las Horas”, “Emoción Vesperal” eran ya reconocidos no solo por su contenido, sino también por la perfección y delicadeza que expresaba al escribirlos. Finalmente se suicida en el año de 1927.

Arturo Borja: quiteño, nace en el año de 1892 inspirado por la literatura europea en su adolescencia escribe sus primeros poemas, llenos de melancolía y deseos de muerte, Borja llega a ser conocido, a pesar de que no contiene numerosas obras.
“Las Flores del Mal” y “La Flauta de Ónix” fueron sus obras mas reconocidas, hasta que finalmente en el año de 1912 con su obra "los paraísos artificiales que para el eran un oasis" da fin no solo a sus obras sino también con su vida.
Hijo de una familia acomodada que había participado activamente en la política nacional (los presidentes José María Plácido Caamaño y Diego Noboa figuran entre sus antepasados), cursó estudios primarios en Guayaquil. Se trasladó después a Quito, donde prosiguió sus estudios e inició una estrecha amistad con Arturo Borja. Ambos poetas constituirían luego el núcleo del grupo de Quito.
Ernesto Noboa Caamaño se vio siempre acosado por la neurosis que sólo la morfina lograba calmarle. Buscó fortalecer su mente viajando por Europa, pero en el fondo se sentía irremediablemente perdido, y sin ánimo para sobreponerse a la soledad de su mundo. En su poesía, revestida de inigualable delicadeza y perfección, se nota la influencia de Samain, Verlaine y Baudelaire; de los simbolistas franceses recuperó la potencia de las formas y de las imágenes.
Casi toda su obra, marcada por la angustia y el hastío, se halla recogida en el libro Romanza de las Horas, publicado en 1922. Para algunos, su poema Emoción vesperal marcó toda una época. Es uno de los poetas ecuatorianos más difundidos, y muchos de sus poemas son repetidos y cantados por el pueblo. También escribió algunas obras de crítica.
Poemas:
Arturo Borja
quiteño, nace en el año de 1892 inspirado por la literatura europea en su adolescencia escribe sus primeros poemas, llenos de melancolía y deseos de muerte, Borja llega a ser conocido, a pesar de que no contiene numerosas obras.
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“Las Flores del Mal” y “La Flauta de Ónix” fueron sus obras mas reconocidas, hasta que finalmente en el año de 1912 con su obra "los paraísos artificiales que para el eran un oasis" da fin no solo a sus obras sino también con su vida.
En
1907 viajó a París para curarse de una lesión sufrida en un ojo. Allí aprovechó
para seguir un curso de literatura, y leer y establecer contacto con poetas
simbolistas como Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud, aunque su
escritor preferido era Verlaine.
De regreso a Quito, Arturo Borja se puso a la cabeza de toda
aquella juventud de la capital ecuatoriana que se sentía atraída por la
literatura. Formó un grupo con Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño y
Francisco Guarderas, y vivió una etapa bohemia. En 1910 tradujo Les
chants de Maldoror del Conde de Lautréamont, que
publicó en la revista Letras.
Sus expresiones literarias siempre tenían un
fuerte dejo de tristeza. Ninguno de sus amigos tomaba en serio su amenaza de
que cuando se le acabara el dinero de la herencia de su padre se suicidaría;
sin embargo, pocos días después de terminar su luna de miel con su esposa
Carmen Roza Sánchez, con quien se había casado el 15 de octubre de 1912, murió
de una sobredosis de morfina.
Su vida, breve y precoz, se había hundido en un profundo
pesimismo, dominado por la tristeza y la nostalgia; anhelaba retomar el
ambiente intelectual de una Francia a la que, bien sabía, no le sería dado
volver. S3u escasa producción fue recogida y publicada por sus amigos en el
libro titulado La flauta de Ónix
(1960). Arturo Borja es recordado en Ecuador como el primer poeta que agitó en
los albores del siglo XX la bandera de un nuevo modo de hacer poesía.
Poemas:
Humberto Fierro
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nace en Quito en 1890 hijo de una familia aristócrata Humberto Fierro conoce su amor literario a partir de los libros que solía leer en sus tiempos libres. Un dato curioso de este poeta es que el da a conocer por pedido de su colega y también amigo Arturo Borja.
Asi el pasa a ser parte de esta “generación decapitada”, aunque la mayoría de sus obras fueron conocidas después de su muerte, su principal logro fue: “El laúd del valle”. En 1929 se suicida y 10 años después se publica “Velada palatina”.
Pues bien esto son los principales exponentes de nuestra literatura es necesario conocer de ellos, ya que fueron los iniciadores del modernismo, movimiento que consiste en la rebeldía creativa.
Ellos aparte de ser colegas, fueron amigos inclusive se dedicaron poemas entre sí, dando a conocer su melancolía tan característica de este movimiento.
De una sensibilidad
exasperada, introvertido, sencillo y modesto, se desempeñó toda su vida como
amanuense en una oficina del Ministerio Público, sin preocuparse por mejorar su
situación económica. Centró toda su dedicación en la poesía, la música y la
pintura, y sobresalió principalmente en el primero de estos campos.
Junto con Arturo Borja, Ernesto Noboa Caamaño y Medardo Ángel Silva,
Humberto Fierro conforma el grupo de modernistas conocido como la «Generación
decapitada» a causa del temprano fallecimiento de sus miembros. Siguiendo los
pasos del nicaragüense Rubén Darío, los
modernistas ecuatorianos rompen con las formas tradicionales de la poesía, renuncian
a la rigidez del verso medido y dan preferencia al ritmo interior; pero, sobre
todo, reivindican el ensueño, la fabulación y el entusiasmo como pilares de la
creación literaria.
El laúd del valle (1919), que fue
publicado en vida del autor, y Velada
palatina, editado en 1949, son los títulos que firmó Humberto Fierro,
cuyo propósito fue elaborar un sistema estético culto alejado de los referentes
nacionales, del prosaísmo de un país sumido en la pobreza y la corrupción
política. Como la de Borja y Noboa, la poética de Fierro es la del desencuentro
de clase, la de la escisión entre su ensoñación aristocrática y su ciudadanía
mestiza.
Poemas:
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